SNCF, el equivalente español de RENFE, sufrió un sabotaje en la madrugada del viernes que afectó a más de 800.000 pasajeros en Francia, con repercusiones que podrían extenderse más allá del fin de semana.
Los delitos afectaron a cuatro líneas principales de trenes de alta velocidad (TAV), dificultando el tráfico en otras líneas. El Ministro de Transportes, Patrice Vergriete, ha expresado su preocupación por estos ataques criminales, que parecen estar planeados de antemano.
Jean-Pierre Farandou, director general de la SNCF, confirmó que se produjeron varios incendios cerca de canales y túneles, que inmediatamente perturbaron el tráfico ferroviario y dañaron varios cables esenciales.
Como resultado, más de 800.000 viajeros se vieron afectados y los servicios tardarán varios días en restablecerse. Los técnicos están trabajando para reparar los cables dañados, pero el proceso será largo debido a la magnitud del sabotaje.
Valérie Pécresse, presidenta de la región Isla de Francia, describió el ataque como un intento de desestabilizar el país, refiriéndose indirectamente a Vladimir Putin como un posible instigador. Desde marzo, las autoridades de seguridad de Francia y otros países europeos han identificado planes de sabotaje contra sus intereses.
Eurostar también se vio afectado, con cancelaciones en la línea Londres-París y aumento de los tiempos de viaje debido al vandalismo. La SNCF ha indicado que algunos trenes serán desviados, pero muchos otros podrían ser cancelados.